y en varios idiomas


Hola, ya estoy aquí de nuevo para  ha hablar de libros. En este caso fue un encargo muy chulo, ilustrar a Caperucita Roja para colorear.  He elegido esa foto porque cada caja es en un idioma y mola mucho verlas apiladas.

Ya habia trabajado con Imaginarium y este proyecto fue un encargo de la editora. Ella había visto mis cuadernos, esos que solemos llevar en el bolso, para los ratos muertos viajando en tren, o esperando el bus, en la cola del médico, cuando veo la tele y no hay nada...  Seguro que sabes a lo que me refiero. La habían gustado mucho y me pidió que utilizase ese estilo (rotulador Pilot G TEC-C4, linea fina, texturas y  muy suelto) para ilustrar una Caperucita.
Yo nunca había ilustrado nada con esta técnica y lo primero que la dije es que en esos cuadernos dibujo sin pensar, no es ilustración,  sin utilizar lápiz, sin borrar, dejándome llevar, comomo cuando hablas por teléfono y garabateas. Nunca se lo que va salir de una página. Hice varios intentos. Envié bocetos, pero no era eso, se veía muy contenido, no la recordaba los cuadernos. Así que decidí hacerlo como ella me sugirió -"haz un punto y lo que surja, como en tus libretas"- Y así lo hice. (Hay editores con los que trabajas y además te enseñan. Isabel es una de ellas)
Planifiqué las páginas, distribuí espacios y mas o menos en la cabeza tenía la idea de lo que quería dibujar y empecé por un punto..... y me dejé llevar. fui en orden, página 1 y enviaba, me daban el ok y empezaba la página 2 y así hasta el final. Quiero decir que lo disfruté mucho y solamente tuve que cambiar partes de una página, pero para mejorar.  Creo que ya lo he contado alguna vez (ultimamente me repito mucho) pero este descubrimiento de disfrutar fue a partir o gracias a un taller que hice con Istvan Schritter

Y os preguntareis  por qué cuento  estas cosas, pero creo que es interesante saber que lo que hacemos nunca es para nada. Esos pequeños dibujos, esas tonterías, a veces son un cajón de ideas, incluso a veces alguien que lo ha visto,  al cabo de un tiempo se acuerda  de ti y cree que puedes hacer algo con ello.


La caja como veis es una monada y lleva a parte del libro unas pinturas, sacapuntas, goma y unos sellitos.
Ah! y no se me olvida mencionar que para colorear la belly band (el cartón que rodea la caja) tuve la gran ayuda de mi amigo e ilustrador Alberto Sobrino pues a mi el photoshop siempre se me resiste y él es una máquina.

1 comentario:

ana.m.velandia dijo...

Qué experiencia más chula Yolanda! Da gusto leerlo, si paso por un Imaginarium la buscaré ;)