Cuando terminamos de hacer el Amorcionario, una compañera del colectivo, Rosa y yo decidimos hacer algo especial para regalar a nuestros colaboradores y se nos ocurrió hacer unas bolsas para guardar los Amorcionarios. Aquí os muestro las mías que con tanto cariño hice. (No subo fotos de las suyas, pero las de Rosa son negras con una rosa serigrafiada en rojo, una delicia). Cosí mas de 30 pues a parte de los colaboradores pensé en mis compañeros de Colectivo, en mi madre...
La costura me gusta mucho a pesar de ser algo esporádico en mi vida (tengo un blog de mis intentos con las labores donde podéis ver de lo que os hablo) bueno siguiendo con el tema de las bolsas.
Primero corté la tela, luego cosí las bolsitas una a una y después tallé un sello con una imagen similar a mi ilustración dentro del libro.
Compré trapillo para cerrar la bolsa, las planché todas y las guardé perfectamente ordenadas en una caja, separadas con papel para proteger unas de otras.
Mucho cuidado y mucho mimo. Pero aquí llega la parte "chunga". Los que me conocéis sabéis lo despistada que soy y conste que intento corregirme, pero me temo que no tengo cura.
En la presentación en Valladolid, llevé las bolsitas y repartí algunas. Para la presentación en Madrid me quedé corta, pero corta cortísima. No contaba con tanta gente y la mayoría se quedó sin ella.
Y luego para remate, cuando enviamos los Amorcionarios por correo ¡otra vez lo mismo! se me olvidó por completo meter las bolsitas ¡que desastre!.
La última remesa enviada al menos ya llevan la suya dentro.
Y bueno hasta aquí eso de "más de 30 bolsas y muchos olvidos" que he puesto como título a éste post. Pues después de tanto trabajo.... mi detalle no llegó con el libro.
Pero bueno, cualquier día os llega.
1 comentario:
Muy chulas las bolsas! Es un bonito detalle, y por suerte este olvido tiene fácil solución :))) Besos!
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